EL TRABAJO
Durante generaciones el trabajo ha sido la agencia de socialización y de aprendizaje directo por excelencia.
La expulsión de niños y adolescentes del mercado de trabajo hizo que dejara de tener la dimensión socializadora que había tenido. Se pasó de la socialización en el trabajo a la socialización para el trabajo.
Pero la socialización directa en el trabajo se ha visto revitalizada en los últimos años en los diferentes niveles de complejidad y de cualificación.
Cuando la escuela falla en proporcionar una formación de base sólida y hace falta un puente para el acceso al mercado laboral, hay dispositivos de transición que hacen el trabajo.
A veces algunos jóvenes que rechazan la escuela prefieren ir a trabajar, pero después de un período de trabajo duro deciden volver a estudiar, con mucho más ahínco y motivación.
En los niveles intermedios la formación profesional a incorporado la Formación en Centros de Trabajo, las prácticas; en empresas o instituciones y en la universidad, las prácticas profesionales se han generalizado y se han incorporado al currículum.
En definitiva, la adquisición de determinados saberes no puede hacerse en contextos estipulativos sino en contextos reales, y así se va reconociendo poco a poco, lo que añade complejidad a una situación de por sí compleja.
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